¿Es verdad o mentira? ¿Qué es la verdad sino una creencia? Detrás de un concepto repudiado se esconde el poder de una percepción, y de cómo bien empleada puede cambiar el rumbo de una vida.
Verdad vs mentira
Las mentiras son las grandes repudiadas de la sociedad cuando, al fin y al cabo, todos mentimos en algún momento. Entonces, ¿por qué está tan mal visto ocultar la verdad?
Primero, demos un pequeño repaso a lo que la RAE define como verdad y mentira:
- Verdad: Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa. Realidad.
- Faltar alguien a la verdad: Decir lo contrario de lo que se sabe.
- Mentira: Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente.
A todos nos gusta que nos digan las cosas claras. Cuando estamos conociendo a alguien, queremos sentir que podemos confiar en la otra persona. Pase lo que pase, si es honesto/a podemos actuar en base a ello.
Preferimos una conversación dolorosa antes que un engaño, pero nos cuesta dar el primer paso. Nos cuesta decir: “lo siento, me he equivocado”; “lo siento, eres importante para mí y me daba miedo decirte que no quiero que te vayas, porque te echaré de menos y me he acostumbrado demasiado a ti”; “lo siento, te he apartado, me he refugiado en el trabajo porque no sé gestionar lo que siento y necesito tiempo”.
Del mismo modo, ¿cuántas veces decimos: “te quiero”, “te necesito”, “te admiro”? En cambio, mentimos para protegernos: “vete de aquí”; “me tienes harta(o)”; “te envidio”; porque tememos escuchar la emoción real en nuestras palabras. Tememos la verdad.
Esperamos que los demás se expongan, nos digan la frase incómoda, pero no tenemos el coraje de reconocer que la gran mayoría de las veces, elegimos la cordialidad frente al comentario menos agradable. Porque las palabras dichas necesitan de la voz para expresarse, y la voz delata sin complejos nuestros sentimientos.
Entonces, ¿qué es cierto y qué no? ¿Existe acaso, una verdad absoluta? Lo que para mí es cierto, para ti puede no serlo.
Podríamos decir que, por una lado, la verdad es sinónimo de creencia, porque si crees en algo entonces es verdad para ti. Aunque, por otro lado, también existe la verdad refutada por hechos que podemos validar con pruebas, como sucede en casos que atentan contra la ley y la dignididad de los seres vivos.
En este artículo quiero que nos enfoquemos en la verdad emocional. Se puede dar el caso de que tengas conocimiento sobre algo y decidas ocultárselo a otra persona. Si tu intención es buena, ¿sería justificable la mentira?
Hablemos de Thomas Edison por un momento. De hecho, hablemos de su madre, para ser más exactos:
La historia del pequeño Edison
Un día, el pequeño Edison llegó del colegio con una carta para sus padres. Parece ser que era un niño revoltoso, con dificultades para prestar atención en clase. Su madre leyó en silencio la carta delante de él. Con la curiosidad propia de un niño, Edison le preguntó por el contenido. La madre, con lágrimas en los ojos, le dijo: “Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarle. Por favor, enséñele usted en casa”.
Desde aquel momento, Nancy Elliot se encargó de la educación de su hijo.
Cuando Edison era un reconocido inventor de fama internacional y su madre ya había fallecido, encontró por casualidad la carta. Cuál fue su sorpresa, al leer lo que ponía: “Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela”.
Edison lloró desconsolado al descubrir la verdad del contenido. En su diario escribió: “Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero gracias a una madre heroica se convirtió en el genio del siglo”.
¿Puede una mentira cambiarte la vida?
Nancy Elliot mintió a su hijo, faltó a la verdad del colegio porque no creyó en su diagnóstico. Su creencia estaba por encima de la autoridad, de la verdad ajena. Y su mentira condicionó el sistema de creencias de su hijo. Porque veréis, la verdad bien utilizada, puede cambiarnos la vida. Sólo es cuestión de elegir qué verdad queremos respaldar con nuestras creencias.
Una verdad que nos impulse a crecer, que nos fortalezca y nos haga creer que es posible. No desde la ingenuidad del ego, sino desde el profundo respeto hacia nuestros límites. La verdad que une y empodera; la verdad que libera, debería ser la única verdad auténtica. Al menos, esa es mi creencia.
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Referencias:
Real Academia Española. (2001). Mentira. En Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Recuperado de: https://dle.rae.es/mentira?m=form
Real Academia Española. (2001). Verdad. En Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Recuperado de: https://dle.rae.es/verdad?m=form