Necesitamos compañeros de viaje, y los libros pueden ser unos buenos candidatos. En ellos encontraremos un refugio para nuestro corazón que nos libere de las ataduras del ego, si les damos la oportunidad de demostrarlo.
“El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.
Miguel de Cervantes
Los libros tienen el potencial de convertirse en buenos amigos.
A veces necesitamos reírnos, y un buen libro es capaz de hacernos reír a carcajadas.
Otras en cambio, necesitamos llorar, y el libro adecuado nos da el permiso de desahogarnos.
Además, si queremos mejorar en un área, los libros nos ofrecen un amplio abanico de posibilidades para aprender metodologías que nos ayuden a crecer.
No obstante, la mayor parte del tiempo solo buscamos desconectar de una realidad que nos agota, o quizás no nos entusiasma tanto. Los libros abren la puerta de nuestro imaginario colectivo a mundos infinitos.
Cuando era pequeña, descubrí en los libros un refugio. Encontré en ellos un hogar. Me ofrecían posibilidades que mi mente de adolescente, jamás había considerado. Pasaron los años y la relación evolucionó a una amistad: yo les daba mi atención, mi tiempo; y a cambio ellos retaban los límites de mi imaginación.
Al igual que los amigos, los libros pueden ser un aliado o bien un enemigo, según cómo los elijamos. Por eso es importante tener claro qué quieres de la relación y cuáles son tus límites.
Por ejemplo: un libro bien referenciado siempre da más tranquilidad que uno basado únicamente en la experiencia. Porque lo que le ha servido a uno no tiene por qué funcionar contigo y viceversa. Por eso, elige libros de autores que contrastan fuentes, o estén inspirados en grandes libros, porque tienes el éxito garantizado con ellos.
Como en las relaciones, elige aquellos libros que te dan las herramientas para que tú aprendas a valerte por ti mismo, sin depender de ellos. Hay personas que hacen lo posible por ser indispensables. Cualquier cosa que necesites, ellos están dispuestos a hacerlo por ti. Pero esto conlleva un riesgo, y es que cada cual debe asumir responsabilidad con su vida para evitar entrar en estos juegos.
Del mismo modo, recuerda que no es lo mismo simpatizar que empatizar. A veces, nos enfrentamos a un problema y en lugar de buscar comprensión, queremos simpatizantes que se unan a nuestra causa. Este es un juego del ego, porque en lugar de querer una solución que implique responsabilidad, busca quedarse en su silla de víctima.
En cambio, si quieres transformar una situación y no sabes cuál es la mejor manera, recurre a estos pequeños aliados. Y por favor, considera la opción de las bibliotecas públicas. Sé que no es lo mismo, porque no podemos subrayar los libros ni marcarlos como uno propio, pero por lo menos podemos acceder a grandes fuentes de información bajo ningún coste.
Por último, aunque los libros son un acompañante ideal para según qué ocasión, te animo a barajar la opción de un profesional cuando has llegado a un punto en el que no sabes cómo avanzar. Y por supuesto, actúa desde la proactividad, es decir: elige a tus acompañantes en este viaje, porque al igual que con los libros, ten por seguro que la vida nos pone en el camino a las personas adecuadas. Solo necesitamos mirarlas con los ojos del corazón, para comprender la lección que han venido a enseñarnos.